La gran banca europea cierra filas con Deutsche Bank para que se deje de hablar de crisis bancaria
La gran banca europea se ha conjurado para defender al sector, en especial al Deutsche Bank, señalado hace un par de semanas como la posible próxima entidad en caer tras Credit Suisse. Su tesis es que hay que defenderlo porque, si la cosa se pone fea con el gigante alemán, acabará afectando a todos.
Este lobby, en el que participan los españoles Santander y BBVA, según fuentes conocedoras de la situación, ha conseguido de momento que deje de hablarse de crisis bancaria, más allá de los coletazos de la caída de Credit Suisse y su precipitada venta a UBS. Y, sobre todo, que los mercados se tranquilicen y dejen atrás las turbulencias de las últimas semanas, que han evaporado buena parte de la subida acumulada por el sector en Bolsa.
La cuestión es si esta conjura de las principales entidades financieras del continente será suficiente para que los problemas no vayan más allá o si volveremos a tener episodios de inestabilidad. O, sobre todo, si choca con la realidad y Deutsche Bank no tiene más remedio que tomar medidas para reforzar su solvencia.
Como ha explicado OKDIARIO, Deutsche Bank no tiene ni mucho menos los problemas de Credit Suisse, pero no está exento de ellos a pesar del duro plan de reestructuración en que se ha embarcado en los últimos años. Es vulnerable a una eventual fuga de depósitos, como todos los bancos, y las subidas de tipos de interés hacen daño a las grandes posiciones que tiene en deuda pública en su balance.
Pérdidas potenciales
Si tiene que venderlas ante un posible problema de liquidez, así como otros activos ilíquidos, sufrirá importantes pérdidas. Eso es lo que se llevó por delante al Silicon Valley Bank y es el escenario que asusta a los demás grandes bancos. Por eso quieren evitar por todos los medios que se siga señalando al Deutsche y que eso pueda conducir a una huida de clientes que le obligue a vender esos activos para obtener liquidez.
OKDIARIO también ha informado de que el mercado descarta el colapso del banco alemán, pero cree que no tendrá más remedio que ampliar capital para reforzar su solvencia y poder asumir posibles pérdidas en dicho escenario negativo. Una operación muy delicada porque su anuncio puede tener el efecto contrario al buscado -tranquilizar a los clientes y al mercado- y ser precisamente el detonante de una nueva tormenta por temor a que tenga más problemas de los que se estimaban.
Hasta que llegue ese momento, la gran banca europea va a poner todo de su parte para que las aguas sigan calmadas y no se reavive la crisis, que puede descontrolarse y tener un efecto dominó en el resto de grandes entidades.